Persiguiendo un sueño
Esta historia ocurre en el año de 2010, en la ciudad de
Medellín en la Institución Educativa Mater Dei. La protagonista de nuestra
historia es Alejandra Lopera, una estudiante de 15 años que está en el grado décimo.
Para poder graduarse todos los jóvenes de los grados mayores debían hacer una
alfabetización. Esta consistía en prestar un servicio a la comunidad, pero era un requisito del colegio prestarlo en la misma institución, es decir
ayudando a los maestros de primaria, los cuales estaban en la jornada contraria.
De esta forma, a Alejandra se le presentó la oportunidad de hacer la
alfabetización colaborándole a la profesora de segundo de primaria. En el primer día, la profesora Sol, acogió
con mucho cariño a la nueva alfabetizadora, los niños se mostraban distantes, ya que el día anterior, se había
ido la antigua alfabetizadora y los estudiantes no se acostumbraban al cambio.
Alejandra, quien desde niña quiso dedicarse a la docencia, estaba muy feliz con
esta experiencia que le permitiría reforzar su deseo de ser maestra. Los días pasaron y todos parecían estar a gusto con el cambio. Entre los deberes de
Alejandra estaba calificar exámenes, ayudar a los niños a copiar, a organizar
trabajos, decorar el aula, esperar a los niños que estaban atrasados, entre
otros. Durante este proceso, ella se estuvo preguntando si ella de verdad
quería eso para su vida y cuando debía controlar a todos los estudiantes,
cuando los niños no obedecían o había sido un día muy duro, ella pensaba que
nunca iba a ser profesora, que no era para ella. Pero al final de toda esta
experiencia, cuando ella veía las cartas de los niños, en el momento que la
llamaban profesora o cuando jugaba con ellos en recreo, su emoción hacia esta
profesión tan hermosa y volvía a crecer aquel deseo. Cuando llegó el último día,
Alejandra se despidió de los niños y todo ellos vinieron corriendo hacia ella y
le dieron un abrazo enorme, ella decidió que esto era lo que iba a ser el resto
de su vida.